La caricia que se desdibuja
esboza caducos horizontes,
esboza de manera lasciva y violenta
los valles de rubíes.
Aunque los gritos se estremezcan,
gota a gota, acto a acto,
la campana bate, el búho llora
pesadillas y silencios, sangra prontos.
Fantasma, abrázame. Fantasma,
sí, fantasma, acércate;
aspira el mundo, respírame la vida.
¿Por qué te vas, por qué?
Te echo una mano con el esperanto? Agéndame una videollamada de 15 minutos aquí y vemos cómo puedo ayudarte.
Tic, tac, tic, tac:
tus ojos me susurran de ese modo.
Y, con tu mirada,
los valles se enrubizan. FUEGO GRIEGO.
Escrito años atrás.
Sé el primero en comentar