¿Existe un esperanto estándar? ¿Cómo se puede evitar que se creen dialectos? ¿Hay una academia? A este tipo de preguntas se pretende dar respuesta con el siguiente texto crítico sobre la historia y realidad esperantista.
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INICIOS
En julio de 1887 se publicó el libro Lingvo Internacia (históricamente conocido como Unua Libro) que, básicamente, incluía un prólogo sobre el esperanto, la gramática básica y un poco de literatura. Fue el debut del idioma.
Antes de nada, pongámonos en contexto y empaticemos: vamos a intentar imaginarnos que somos un ciudadano de la época, viviendo en el siglo XIX bajo la dictadura rusa. Nuestro nombre es Aleksy. Ahora, sigamos con un caso hipotético: un día quedo con un buen amigo y, mientras estamos hablando de nuestros asuntos, me cuenta que ha comprado por curiosidad un libro llamado Lingvo Internacia, que lleva consigo, y me cuenta un poco de qué trata. Oye, suena una idea muy interesante, así que le echo un vistazo. Pero, un momento, ¿qué sentido tiene eso de las letras con acento circunflejo (^)? ¿No sería mejor sin ellas?
No es de extrañar que la gente empezara a hacerse preguntas sobre los acentos y demás aspectos de aquella propuesta. Es importante darse cuenta de que el esperanto se veía como una lengua sin hablantes, sin obras y, sobre todo, un proyecto arbitrario. ¿Por qué existía el artículo, si en ruso no existe? Porque alguien lo habían decidido así; no había habido consenso de ningún tipo. Es totalmente normal y comprensible que aparecieran críticas lingüísticas.
En enero de 1888, menos de año después, Zamenhof publicó Dua Libro de l’ Lingvo Internacia en el que, en parte, trató de contestar estas dudas sobre la lengua. E hizo algunas reformas y cambios, como cambiar la terminación de tiempo de los correlativos, pasando de ‒an a ‒am; o cambiar la raíz vink por venk (vencer).
Pero, un momento, ¿y por qué se cambia eso pero las letras con circunflejo siguen como estaban? ¿La palabra de Zamenhof vale más que la del resto? Porque él habrá podido ser el iniciador, pero la lengua la habla más gente aparte de este hombrecillo. Como se puede deducir, el esperanto acababa de hornearse y faltaban elementos sociales (una mayoría, un gobierno, tradición o lo que fuese) que ejercieran presión para que hubiera un estándar del idioma. El revuelo de las reformas finalmente llevó a Zamenhof a publicar en julio de 1905 un libro llamado Fundamento de Esperanto, que analizamos a continuación:
FUNDAMENTO DE ESPERANTO
El fundamento, publicado en diversas lenguas, se hizo con la intención de crear una versión oficial del esperanto, aunque al fin y al cabo escrito desde el punto de vista Zamenhof. Esta obra constaba de cuatro partes: un prólogo, una gramática, ejercicios y un diccionario.
El discurso narrativo del autor dictamina que el fundamento es intocable (como un texto sagrado o, como él mismo escribe, «dogma»), y que este solo se podría modificar cuando la lengua fuese «aceptada por los gobiernos de los principales países». Cuando eso sucediera, estos gobiernos tendrían derecho a realizar «todos los cambios deseados», después de lo cual nunca más se podría volver a hacer esto en toda la historia de la humanidad. A esto añade que todo lo que vaya en contra del libro «debe mirarse como malo», y que este «debe encontrarse en las manos de todo buen esperantista».
Desde luego, no parece que haya mucha diferente con las biblias de las religiones en las que existe un profeta, dictamina unas leyes universales, que los que las siguen son buenos y el resto malos, y que así alcanzarán la tierra prometida. ¿Tal vez influyó en algo el hecho de que Zamenhof era judío, y que le inspiró la historia de la Torre de Babel? Probablemente sí, del mismo modo que la fe de Thomas Jefferson le hizo escribir en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos que los hombres son «creados» iguales.
No tienen desperdicio estas otras consideraciones del profeta:
- Zamenhof anima a «luchar» contra los que piensen diferente respecto a esta «ley», porque no pensar como él es «el comienzo de nuestra muerte».
- También dice que solo el contenido de este libro (es decir, lo que ha escrito él) debe formar parte del fundamento.
- Un poco de fantasía en estado puro: «Para que cualquier reino sea fuerte y glorioso y pueda desarrollarse con salud, es necesario que cada soberano […] deba obedecer siempre solo leyes [del esperanto] fundamentales claras, totalmente definidas por su territorio.».
- Respecto a la intocabilidad del fundamento hasta los cambios de los gobiernos privilegiados: «Hasta el momento que alguna institución autoritaria para todos lo decida de otra manera». ¿Quién habló de élites?
Sin embargo, bien es cierto que se necesitaba un poco de autoridad en aquel momento para aparcar un poco el asunto de las reformas. La arbitrariedad debía interiorizarse para avanzar rápidamente.
Acabando con el aspecto sagrado, a modo de resumen:
- Ni siquiera los errores que pudiera contener el fundamento (que los contiene, así como transposiciones de su lengua materna, el alemán) pueden ser corregidos, nunca, ni siquiera las partes que están en otro idioma.
- Zamenhof es consciente de que las lenguas evolucionan (al contrario de lo que admiten los fundamentalistas), y reconoce que la lengua puede ir perfeccionándose. Ello representa que el fundamento puede no representar la realidad del idioma. Por ejemplo, en los ejercicios aparece «, mia amiko», que actualmente se dice «, amiko mia» (amigo mío).
La única luz que se arroja de cara al futuro es que se pueden añadir suplementos, sin embargo estos solo pueden complementar, y considerándose simplemente recomendaciones, por mucho que se tratara de la realidad de una aplastante mayoría. Cabe mencionar el elitismo dentro de la institución que realizara tales añadidos o cambios paralelos.
DECLARACIÓN DE BOULOGNE-SUR-MER
Ligado al último párrafo del prógolo del fundamento, el nueve de agosto de 1905 tuvo lugar en Boulogne-sur-Mer el primer encuentro internacional, en el que se dieron estos dos hechos:
- Se escribió la Declaración de la Esencia del Esperantismo, en cuyo cuarto artículo se ratificó el fundamento. Es decir, que solo las personas que habían tenido la oportunidad de descubrir el idioma, que tenían el tiempo y los recursos suficientes para ir a un evento en el norte de Francia, en total 688 personas, decidieron que existe el mito de una “biblia esperantista”. Pero ellos ni ningún fundamentalista lo llamará mito, sino que te exigirán que creas. Algunos incluso te llamarán por ejemplo destructor del esperanto o antiesperantista porque no crees que las lenguas sean intocables, sino algo real y vivo. Debemos tener en cuenta que hay gente de todo tipo en cualquier parte. A mí lo que más me agrada es cuando preguntas acerca de alguna regla del esperanto y te responden como argumento «así aparece en el fundamento» o «así lo dijo Zamenhof» (otra cosa que debemos tener en cuenta es que si se cree en un profeta, por mucho que se insista en que es solo un hombre, nadie que crea en el mito del profeta lo considerará un igual sino, en todo caso, un superior).
Por ejemplo, cuando en la actualidad alguien no puede escribir los acentos circunflejos (^) (algo cada vez más raro, sea cual sea el medio), prácticamente todo el mundo utiliza la letra X, que no existe en esperanto, para representar el acento (ejemplo: Ĉ = CX). Sin embargo, en el fundamento Zamenhof escribió que estas letras con acento se pueden sustituir por H (ejemplo: Ĝ = GH), y omitiendo el de la letra Ŭ (Ŭ = U). No es necesario decir que es un sistema irregular, más complicado para los principiantes, más europeísta y menos útil para la era tecnológica. También cabe mencionar que, según Google, solo un 2% utiliza este sistema. Aun con ello, hay quienes te exigen ‒aunque en general simplemente recomiendan‒ que escribas GH y no GX porque Zamenhof así lo dijo. Y es de suponer que lo adornan con falacias para que parezca una realidad y no una creencia.
- Se creó la Lingva Komitato (Comité Lingüístico), posteriormente renombrado como Akademio de Esperanto (Academia de Esperanto) que, hasta la fecha, ha publicado nueve suplementos al fundamento.
COHESIÓN EN LA ACTUALIDAD
Los que creen en el fundamento suelen utilizar argumentos irracionales, como que quien no hable exactamente el mismo esperanto que Zamenhof no habla esperanto, sino un dialecto (dicho, obviamente, con otras palabras para que suene más natural). Esto es falso. En primer lugar porque está científicamente demostrado que no existen dos hablantes que hablen exactamente igual, sea esperanto o sea francés (véase idiolecto). En segundo lugar, porque sí que existen cambios o paralelismos en esperanto; por ejemplo, la mayoría de hablantes utiliza el sufijo moderno ‒i‒ para formar el nombre de los países (ej.: Hispanio), aunque hay una minoría que sigue usando ‒uj‒ (Hispanujo). Podemos considerar esto un añadido o un cambio, según la conveniencia de cada creyente. Y digo conveniencia porque, por ejemplo:
- Hay unos pocos que usan el neologismo preposicional far (= farita de); muchos no lo conocen, otros llegan a considerarlo aceptable aunque no lo usen, y a otros nos llega a parecer incluso agramatical (aunque tal vez en este caso sería mejor decir que no es incorrecto, sino inadecuado). A los que usen far y crean en el fundamento, les propongo una reflexión: ¿no es eso acaso hipocresía?
- La letra Ĥ es todo un zombie: ¿no usarla va en contra del
fundamentoesperanto? Costaría mucho encontrar a alguien que dijera que sí en la actualidad. Entonces, ¿no es esto abandonar el mito del fundamento? Lo es. El destino de esta letra es el mismo que el del fundamento: acabará muriendo o, mejor dicho, la creencia en este mito (al menos en una importante cuestión numérica); o quizá, sin embargo, se condene a un uso bastante más residual.
Por otro lado, la “biblia esperantista” dice que el esperanto pertenece a los gobiernos, no a los pueblos (lo cual se da por hecho al entender que solo los gobiernos deciden sobre el idioma). Además de que esto está basado en una visión del mundo muy concreta, del mismo modo que Kropotkin (1842‒1921) critica a Darwin la extrapolación de la sociedad inglesa a su teoría de la evolución afirmando que esta sucede por competición, mientras que en otros lugares como Rusia la supervivencia exige la cooperación. Científicamente falso; mitológicamente cierto.
El mundo cambia y, por ende, el esperanto. Por ejemplo, existe una tendencia a la neutralización del género (en por ejemplo la palabra amiko), y esto ocurre en lenguas de todo el mundo y en la mente de los hablantes de esperanto. Lo que haría falta preguntarse es: ¿alguien sigue el fundamento al pie de la letra? Mi respuesta es que absolutamente nadie, aunque algunos se esfuercen en afirmar que el esperanto no varía, no cambia, no evoluciona. A este respecto, mencionaré otro falso argumento: los cambios han de ser naturales, no iniciados por individuos (argumentado como: caprichos individuales). Pero, señores, ¿ustedes creen en la magia y las hadas?
Otra falacia que usan los fundamentalistas es que la gente no trata de modificar nada de su lengua materna. Falso: todos ejercen cambios derivados de su manera de ver el mundo. Y falso de nuevo: intencionadamente hay muchísima gente que hace cambios, por ejemplo afirmando como correcta una nueva palabra de su región y rechazando las otras (aunque sean anteriores, u originales), o intentando hacer menos sexista el idioma, por ejemplo en castellano (aunque la mayoría de estos argumentos no están basados en la ciencia). El lector, aunque crea que no, podrá encontrar casos concretos de su alteración e influencia lingüística si rebusca.
Pero entonces… ¿cómo se puede evitar que se creen dialectos del esperanto? ¿Y quién puede lograrlo?
- Es una lengua pensada para hablarse menos por persona que las lenguas nacionales que tratan de imponerse (úsala cuando no puedas comunicarte en tu propia lengua + su adopción conlleva mayor concienciación de la lengua y cultura propias). El esperanto es como un chubasquero: lo usas cuando llueve (es decir, cuando te hace falta).
- Está pensado para hablarse a nivel internacional, por lo que es mucho más complicado crear, y sobre todo consolidar, regionalismos. Pero aun si eso ocurriese, fácilmente se volverían mundialmente conocidos por el mismo principio de universalidad.
- La mayor parte de la gramática es muy clara y estrictamente usada, por lo que todos veríamos ridículo un cambio como cambiar la terminación ‒o por ‒es, por ejemplo. Otros cambios están en conflicto, y uno acabará venciendo sobre el otro.
- Ya que el esperanto presenta mucha menor gramática, en comparación a las lenguas nacionales, resulta mucho más difícil rizar el rizo.
- La presión de la mayoría inculca el primero aprende el idioma y luego te darás cuenta de que no tenías razón. Esto se debe a que intentamos plasmar nuestra lengua materna en el esperanto, y por eso a muchos nos han venido ideas como «¿El acusativo? ¡Vaya tontería!» a la cabeza, pero luego nos damos cuenta de que la tontería era pensar así.
- La gramática PMEG, que se puede consultar gratis en Internet, hace más por la cohesión que la academia en la actualidad. Aunque hay un poco de subjetividad, a veces pasada por alto, en esta obra (todo hay que decirlo).
- Quienes popularizan una manera de hablar u otra son aquellos que ejercen una gran influencia, por ejemplo escritores de referencia. Esto pasa en todas las lenguas, y no iba a ser menos en esperanto.
- Debemos asumir y enseñar a asumir que hay partes extremadamente básicas del esperanto que son arbitrarias, bien definidas y que no podemos cambiar, como la terminación de los verbos. A esto se le añade la autojustificación a medida que aprendemos el idioma. Por ejemplo, alguien puede opinar que el artículo (la) es una elección inadecuada, pero actualmente sí que existe un respaldo que no permite que eso se cambie, además de argumentos y falacias interiorizadas. Sin embargo, hay cambios que probablemente se acabarán generalizando, como el sufijo masculino ‒iĉ‒. Otros cambios seguirán existiendo, pero en una minoría, como probablemente ocurra con el polémico na, por no ser una solución económica.
- Hay más reglas no escritas que escritas (como en todos los idiomas): con esto me refiero, en parte, a que algo puede ser correcto pero inadecuado («no suena natural»). Un burdo ejemplo sería que decimos Kio ĝi estas? (¿Qué es eso?) , sin embargo no decimos Kio tio estas? (¿Qué es eso?), sino Kio estas tio?, para evitar la cacofonía; y, si alguien hablara perfectamente pero usara formas infrecuentísimas, podría no acabar de sonar natural, porque sería incoherente oír algo correcto pero no adecuado. Es comprensible: el esperanto, insisto, es una lengua, no una piedra. Lo que nos hace esperantistas es la interacción con otros hablantes, y no el idioma en sí. Por ende, ningún libro mágico podrá contener jamás un idioma. Pero aun siendo la base (que se amplía, porque era insuficiente, y puede contradecirla [o complementarla], por ejemplo en el caso de la sutitución sistemática de Ĥ por H), esta base no debería pretender ser universal ahora y para siempre; mucho menos si está escrita autocráticamente (es un intento de posesión encubierto, como una de esas dictaduras que se autoproclaman democracias; piénsalo).
- En la actualidad, con el auge de Internet, un diccionario puede hacer mucho más por la cohesión de la lengua que mil academias (la española de lengua castellana ha sido lista y tiene un diccionario en su sitio web). Por ejemplo, el diccionario Reta Vortaro juega un gran papel, incluyendo incluso notas de uso de palabras y estructuras; por no decir que es un diccionario con el que se se puede colaborar para su desarrollo. ¿Recuerdas que antes he hablado de influencia?
- Se debe tener en cuenta que el esperanto es una lengua natural, pero planificada en su inicio.
Hace unos 10.000 años, los sapiens empezaron a asentarse en poblados. Es decir, que hasta hace unos 10.000 años los humanos eran nómadas (y en hoy en día siguen habiendo decenas de millones de personas que viven de este modo). Nada dura para siempre, ni siquiera la humanidad. Si el esperanto dura unos 10.000 años (que seguro que no, aunque no soy futurólogo) no es algo que me preocupe lo más mínimo; en todo caso ya habrá cumplido su función, al igual que ‒según dicen‒ el capitalismo o el fundamento ya sobran. Lo que sí puedo asegurar es, por una parte, que el esperanto es un idioma estable, mucho más que las lenguas nacionales, aunque ocurran algunos pequeñitos cambios que, por cierto, son poquísimos con el paso del tiempo, no generan incomprensión, y se pueden contar con los dedos de las manos; es todo un éxito. Por otra parte, que el esperanto es una necesidad de la humanidad, y lo seguirá siendo ‒y cada vez más‒ durante probablemente muchísimo tiempo.
Growth marketer.
Llevo dos meses en duolingo y también lernu yo soy de los convencidos por una lengua internacional democrática ESPERANTO
Como aún soy nuevo no sabía que hay personas fundamentalistas en el esperanto, sin embargo, concuerdo contigo; no creo que el esperanto -ni cualquier otro idioma- se adapte fielmente a lo que un libro tenga escrito en cuanto a su uso.
(Resendita mesaĝo).
Saluton, Enriko Baltasaro (Enric Baltasar).
Se, kiel ci sendube opinias, nek la supersignoj nek la nazala finaĵo de akuzativo estas gravaj problemoj en Esperanto, la tujan demandon simple kaj koncize ci respondu al mi.
Kial la aliaj samklasaj (jen: eŭroklonaj, eŭrosimilaj) helpoplanlingvoj postaj al Esperanto, preskaŭ ĉiam la supersignojn kaj la nazalan finaĵon de akuzativo forigis? Eĉ la helpoplanlingvoj kiuj, kiel la ikuso, sisteme konservis specifan akuzativan markilon, separeblan prepozicion uzis anstataŭ sufikso.
Amike, Aleksandro Ksavero Kasanovo Domingo, elektronika poŝto trigrupo @ yahoo . es (trigrupo atelo yahoo punkto es).
Saluton, Alexandre. Kvankam mi dankas vian demandon, la celo de la artikolo estas for de tiu demando, pro tio mi trovas taŭge ne respondi ĝin en ĉi tiu blogero. Mi esperas je via kompreno.
Amigo, te aviso que no se puede acceder a la sección “aprender esperanto”, me salta un “error de servidor interno”, fijate si podes arreglarlo. Me gusta tu blog, en verdad sabes mucho y sos muy claro al dar explicaciones, lo cual es algo fundamental, no basta el conocimiento por sí mismo, hay que saber transmitirlo. Saludos.
Gracias, Dámaris 🙂
He hecho un par de pruebas para solucionar el error de acceso. Últimamente estoy muy liado con el trabajo, pero veré si puedo solucionarlo pronto.
Saludos y muchas felicitaciones por este interesante artículo. Sin embargo, capto ideas con tendencia a la imposición, al absolutismo, y por otro lado consideraciones sobre el uso ¿actual? del idioma esperanto, que considero no reales. Lo que define el uso del idioma es la mayoría, no el habla local de un grupo cerrado. Por ejemplo, jamás en cualquier congreso de esperanto he escuchado la partícula “na”. Otros detalles son relativos a la historia de los inicios del idioma: una especie de reinado Zamenhof, según usted. ¿Sabe que Zamenhof renunció a toda posesión sobre el idioma? Minuskla detalo: en el párrafo que comienza con “En enero de 1888…” la frase “E hizo algunas reformas y cambios…” debe ser “He hizo…”. Amike, Otre B.
Hola, Otre,
Me alegro que te haya gustado el artículo 🙂
¿Puedo preguntar qué no te ha parecido real respecto del uso actual mencionado? No recuerdo haber mencionado la partícula “na” en este artículo.
Sobre un “reinado” de Zamenhof, yo no usaría esas palabras. Además, el objetivo del texto es desmitificar el fundamento, otra cuestión secundaria sería que me parece excesivo el papel que juega este personaje la actualidad.
“Zamenhof renunció a toda posesión sobre el idioma”: soy consciente de ello, sí, y posiblemente influyó el fracaso de volapük en parte porque un hombre quería poseer un bien común. En cualquier caso, un idioma no puede ser poseído, lo clave son las relaciones de influencia y poder.
P.S.: “E hizo” está correcto: se trata de “y” antes de vocal.
Saludos, Enric. Por ejemplo “amiko mia / mia amiko”, “kio estas tio / tio kio estas”. En mi región se usan las cuatro formas, aunque claro, no en cantidades iguales. Sobre “na” cito: “Otros cambios seguirán existiendo, pero en una minoría, como probablemente ocurra con el polémico na, por no ser una solución económica.” en un punto de la sección “Pero entonces… ¿cómo se puede evitar que se creen dialectos del esperanto? ¿Y quién puede lograrlo?”.
Yo considero el Fundamento como un certificado de validación y respeto del idioma, pero claro, el habla diaria es quien define los usos. Nunca lo he considerado un mito, y tampoco creo que sea necesario desmitificarlo.
“Relaciones de influencia y poder”. Totolmente de acuerdo. Si el mundo esperantista tuviera mucho dinero, ya habríamos triunfado, 😉 .
“E hizo / He hizo”. Solo quería aludir al hecho, de que particularmente yo, no veo la conjunción “y” bien aplicada al comienzo de una frase. Prefiero, por ejemplo, “además / adicionalmente”, y reservo “y” para unir frases.
Ciertamente me gustó el artículo, pues tiene objetividad.
Amike,
Otre.
Hola, Otre,
Como afirmación general es correcta, puesto que de hecho las 4 formas son correctas, sin embargo depende del caso. Por ejemplo, el uso que se hace del primer ejemplo en el fundamento es arcaico en el esperanto actual. Insisto, en el caso concreto. Y no podía ser de otra manera, porque toda lengua viva evoluciona.
“Si el mundo esperantista tuviera mucho dinero, ya habríamos triunfado”: ciertamente los recursos son muy importantes. Agregaría, más allá de la ‘tenencia’ y uso del dinero, la reproducción de la riqueza: si el esperanto quiere llegar a ser considerado la lingua franca, deberá tener intereses económicos detrás y mover dinero.